Ciclo de vida de las estrellas

Una estrella es una enorme esfera de gas, principalmente hidrógeno y helio, a muy alta temperatura que genera energía y luz propia por un proceso de fusión nuclear.

El gas es atraído hacia el interior por la fuerza gravitatoria aumenta la presión dentro de la estrella dando lugar a la fusión nuclear; que consiste en la transformación de unos elementos químicos ligeros en otros más pesados liberando al exterior radiación electromagnética en forma de luz y muchísimo calor.

Las estrellas mediante la fusión nuclear transforman el hidrógeno, que es su principal combustible, en helio y posteriormente debido a las altas temperaturas y presión en otros elementos químicos más pesados como el carbono, nitrógeno, oxígeno, hierro…

El desarrollo de las estrellas es muy curioso ya que cuando termina con su combustible gaseoso ganan tamaño y terminan por explotar liberando material al espacio que se denomina “polvo de estrella” que pueden ser el origen de nuevas estrellas y son los elementos químicos que componen el universo.

 ¿Qué tipos de estrellas hay en el Universo?

Nadie sabe cuántas estrellas hay en el universo pero se sabe que todas son diferentes. Pero los astrónomos han clasificado diferentes tipos de estrellas en función de diversas características como por ejemplo su radiación electromagnética, algo así como el tipo de energía que emite que da lugar a diferente luminosidad. Según la luminosidad nos encontramos con las siguientes clases de estrellas:

  • Clase 0: Hipergigantes.
  • Clase Ia: Supergigantes muy luminosas.
  • Clase Ib: Supergigantes de menor brillo.ç
  • Clase II: Gigantes luminosas.
  • Clase III: Gigantes.
  • Clase IV: Subgigantes.
  • Clase V: Estrellas enanas.
  • Clase VI: Subenanas.
  • Clase VII: Enanas blancas.

Pero las clases de luminosidad en las que se clasifican las estrellas no deben confundirse con las fases evolutivas de una estrella.

Las estrellas que vemos durante la noche

Como ya te habrás dado cuenta, en ocasiones mirando al cielo nocturno somos capaces de ver muchísimas estrellas. Hay tantas que nos resulta difícil contarlas todas. Sin embargo, otros días miramos al cielo nocturno y apenas vemos estrellas. Y puedes pensar, ¿qué está pasando? ¿por qué hay tan pocas estrellas en el cielo? La verdad es que no las podemos observar a simple vista por varios motivos:

  • Es una noche más clara que en otras ocasiones porque la Luna está llena.
  • Hay luces artificiales procedentes de la ciudad o del pueblo o de la zona donde te encuentres que reducen la posibilidad de ver las estrellas. Cuando hay mucha luz artificial, por ejemplo en una ciudad grande, que nos impide ver las estrellas se dice que hay un fenómeno de “contaminación lumínica”. La contaminación lumínica aumenta el brillo del cielo nocturno por la luz artificial, generada por los seres humanos, y disminuye la visibilidad de las estrellas y demás objetos celestes.

De todas formas, nadie puede saber cuántas estrellas hay en el universo, no es posible contarlas a todas ya que hay tantas y están tan lejos que ni tan siquiera utilizando los más potentes y modernos telescopios podríamos saberlo.

El titilar de las estrellas

Cuando en una noche estrellada nos hemos puesto a contemplar lo hermoso del cielo nos ha llamado la atención que algunas estrellas muestran su luz como si fuera un parpadeo, como si tuvieran un interruptor que encendiese y apagase su luz o como si se trataran de pequeños faros en la noche. Por supuesto, esto no es posible. Como ya sabes, las estrellas son grandes esferas compuestas por gas en “combustión” y están constantemente libreando luz.

Entonces, te preguntarás ¿por qué parece que parpadean? Bien, como sabes, las estrellas están muy muy lejos y su luz viaja por el espacio muchísimo tiempo (años y más años) hasta llegar a la Tierra. Pero esa luz antes de llegar atraviesa la atmósfera que está compuesta además de por el aire por partículas en suspensión y está sometida a vientos, diferentes temperaturas y densidades.

Entonces ese titilar o centellear de las estrellas es en realidad un efecto óptico debido a que las perturbaciones de la atmósfera hacen “temblar” a la luz de las estrellas.